Las protestas incipientes pero crecientes en la Universidad Temple en Filadelfia sobre la gobernanza de su altamente cotizado Departamento de Estudios Africanos no se trata de la libertad académica, tampoco de las regulaciones departamentales o el protocolo correcto, aunque han sido descritas en estos términos.
Se trata de algo mucho más fundamental. Se trata del poder. El poder de las instituciones y el poder de la memoria. Sigue leyendo