El 23 de agosto, Mumia Abu-Jamal, preso político durante 30 años y 8 meses, presentó una moción pro se (en la que él mismo se representa) contra la imposición formal de cadena perpetua sin posibilidades de libertad condicional en su caso, así defendiéndose de la maniobra artera ejecutada por la racista jueza Pamela Dembe el 13 de agosto.
Y no sólo esto, en la misma petición, impugna dos formas de tortura aplicadas sistemáticamente contra miles de presos y presas en el estado. Sigue leyendo